Mindfulness significa “la conciencia que surge al prestar atención a propósito, en el momento presente, y sin juzgar el desarrollo de las experiencias momento a momento”. (Joh Kabat-Zinn) Es un proceso activo que implica mantenerse consciente del entorno externo y las sensaciones corporales internas en el momento presente sin juicio, positivo o negativo.
Los niños viven en un mundo en el que se les dice qué hacer: a qué hora despertarse, qué comer, dónde y cuándo tienen diversas actividades, como la escuela, los deportes, las clases de música, etc. sin conciencia consciente. Por ejemplo, si les pregunta qué comieron en el almuerzo, es posible que no puedan responderle. Esto no se debe simplemente a la mala memoria, sino más probablemente a que no estaban prestando atención en ese momento.
Los niños suelen estar mucho más cerca de sus experiencias que los adultos. Observe a un bebé experimentar algo por primera vez; lo miran, lo tocan, lo sienten en su cara, lo prueban. Cada experiencia es fresca y nueva. Viven en el momento reaccionando emocional e inmediatamente al estímulo, y luego pasan a la siguiente experiencia.
Sin embargo, los niños también existen en piloto automático, se distraen fácilmente, son olvidadizos, carecen de concentración, tienen poco autocontrol y, a menudo, no se comprenden a sí mismos ni al mundo. Los ejercicios de atención plena abordan estas preocupaciones y pueden ayudar a los niños a vivir con atención y conciencia de sí mismos y de su entorno.
Tener en cuenta las necesidades y habilidades de los niños es clave a la hora de adaptar los ejercicios de atención plena a los distintos grupos de edad. Los niños aprenden a través de actividades concretas con instrucciones claras y descriptivas. También disfrutan de involucrar su imaginación y creatividad. Y no olvide el poder del humor o la necesidad de jugar.
Asegúrese de comenzar con actividades breves que lo llevarán al éxito. Comenzar con una actividad de enfoque de cinco minutos será mejor que una meditación sentada de 15 minutos.
Como todas las actividades, el entrenamiento de la atención plena mejora con la práctica. A medida que aprenden técnicas de atención plena, los niños pueden practicar de forma independiente en la vida cotidiana: mientras caminan, mientras comen, mientras juegan. Participar deliberadamente en sus diversas actividades moldeará activamente la mente y ayudará a los niños a vivir profundamente cada momento de la vida diaria.