«Hace un año, decidí regalarle a mi madre una de estas tarjetas. Estaba pasando por un momento complicado, siempre ocupada, sin tiempo para relajarse.

Después del masaje, me llamó emocionada: “Fue el mejor regalo que me han hecho en mucho tiempo. Por primera vez en meses, me relajé de verdad. Salí renovada y con una sonrisa que no se me borró en días.”

Verla así me hizo darme cuenta de lo importante que es regalar algo que realmente marque una diferencia. No solo fue un detalle, fue una experiencia que todavía recuerda.»